El espíritu de la colmena
España. 1973. 97 min.
Dirección: Víctor Erice.
Interpretación: Fernando Fernán Gómez (Fernando), Teresa Gimpera (Teresa), Ana Torrent (Ana), Isabel Tellería (Isabel), Laly Soldevilla (Doña Lucía), Miguel Picazo (Médico), José Villasante (Frankenstein), Juan Margallo (Fugitivo).
Guión: Víctor Erice y Ángel Fernández Santos.
Producción: Elías Querejeta.
Música: Luis de Pablo.
Fotografía: Luis Cuadrado.
Diseño de producción: Jaime Chávarri
Sinopsis: El espíritu de la colmena atraviesa la dura posguerra española tomando la anécdota de la llegada del cinematógrafo a un perdido pueblo castellano. El punto de vista de dos niñas muy pequeñas fascinadas por una película de terror, mezclando fantasía y realidad, creyendo ver pistas del monstruo cinematográfico en su pueblo, donde el padre trata de iniciarlas a la vida, y en un marco donde el miedo y la represión están latentes, marca los hitos de una narración intensamente poética. Sus imágenes plenas de matices parecen utilizar las luces y claroscuros que vemos en cuadros de Rembrandt, Velázquez, Vermeer o Goya, consiguiendo transmitir una atmósfera creada por las relaciones humanas.
Victor Erice y la pintura en el cine
Rafael Cerrato (2006) analiza en su monografía sobre la obra de Víctor Erice las profundas relaciones que las películas del cineasta vasco mantienen con determinados pintores. A partir de una profunda reflexión sobre las formas de representación cinematográfica vigentes en sus años de formación – los sesenta y setenta del siglo XX--, Erice se plantea abordar un cine poético. Antecedentes en ese recorrido los encuentra en cineastas como Bresson o Pasolini. El concepto central de esta propuesta gira en torno a la formulación de un lenguaje poético basado en el uso de la narración audiovisual, al que la pintura puede aportar las referencias necesarias para abordar muchas de las cuestiones estéticas y temáticas a resolver. El mismo cineasta señala que “la pintura va a ayudar al cine a liberarse de los artificios literarios y teatrales heredados desde su nacimiento, salvándolo de las fórmulas narrativas y las convenciones dramáticas presentes en los guiones que la industria le ha impuesto tradicionalmente”.
Víctor Erice confiesa haber descubierto la realidad de las relaciones entre la pintura y el cine con Robert Bresson, un artista con experiencia previa como pintor y gran amante del teatro.
En un primer momento, Erice pensó la película en blanco y negro, "no me salía de otra manera", afirmó. Erice siempre ha sentido gran admiración por el Cine Expresionista Alemán, «tengo un lado oscuro que me emparenta con cineastas como Murnau, por ejemplo». Pero, al final, la película se rodó en color sobre todo por motivos de distribución.
Nota completa de Enrique Martínez-Salanova Sánchez
Link: http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/pintura_cine_influencia.htm
Fecha: 2001-10-18
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